miércoles, 5 de octubre de 2011

UN DESTINO NO ELEGIDO

Gabriela Andrea Arce

En un día soleado viajaba en un crucero con mi padre revisando el correo nos dimos cuenta de que mi padre había ganado un boleto con muchísimo dinero nos sorprendimos pero la felicidad era inexplicable, al llegar la noche callo de repente una gran tormenta salimos a ver qué pasaba y mi padre llevaba el boleto en su chaqueta y con el viento salió volando y cayó en el mar. De verle la cara de tristeza a mi padre me tire al agua a buscar su boleto, nade y nade hasta que lo halle, al hallar el boleto me di cuenta que el barco ya no estaba nada cerca de mi asustado decidí nadar hasta llegar a la playa llegue a una isla muy pobre donde nadie entendía mi idioma camine, pase hambre, etc. Pero pasaban los días y mi padre tampoco daba señales de buscarme viaje en bus por miles de lugares, países hasta que llegara a encontrar a mi padre no lo hallaba y mi preocupación cada día se hacía más grande, tome una decisión de repente al ver un barco me acorde de aquel día y lo aborde. Llegue al paradero de mi padre estaba en nuestro hogar sentado en su sillón donde siempre me acariciaba y me recordaba lo mucho que me quería pero en su rostro no había tristeza se notaba una imagen llena de alegría y ahí fue donde entendí que mi lugar ya no estaba al lado de el decidí caminar y tomar mi propio rumbo, ustedes se preguntaran que paso con el boleto se lo regale a un hombre pobre que se notaba que lo necesitaba más que yo mi deseo de hacer eso era de que con un simple boleto le iba a cambiar la vida al menos alguien en ese momento iba hacer feliz.

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