jueves, 15 de septiembre de 2011

El amor del fiel amigo que nunca falla

Jessica Klusman Mejía

Siendo yo un pequeño canino llamado Toby, disfrutaba de mi vida al lado de mi dueño Camilo y como era de costumbre todas las vacaciones embarcamos en alta mar a divertirnos y disfrutar los dos solos de nuestras compañías.
Como era habitual aparte de descansar y recrearnos Camilo no podía dejar su ficción por los juegos de azar, principalmente la lotería que jugaba por internet.
Solamente recuerdo haber visto aquel gesto de alegría en su cara cuando completo la línea de números y se dio cuenta que era el ganador, cosa que en años de mantener jugando, nunca había pasado.

A pesar de tal felicidad, yo presentía que algo andaba mal, pes el clima por esos días no era el mejor y empezamos a ver la cercanía de una terrible tormenta.
En el mismo momento que las olas comenzaron a golpear muy fuerte el pequeño velero, Camilo intento tomar control de esté, pero no se dio cuenta que por culpa del agua acababa de perder el papelito donde estaban los números que lo acreditaban como ganador.

Mi instinto animal y amor fiel por Camilo hicieron que me lanzara al mar sin importarme las condiciones del clima y peor aún la preocupación de Camilo por mí; en el instante que me tiré a buscar el papelito en el agua Camilo grito con todas sus fuerzas que me devolviera y no hacía más que llamarme desesperadamente. Cuando por fin encontré el papelito, ya era demasiado tarde, había perdido de vista el pequeño velero, y me imagine que Camilo habría perdido sus esperanzas.

Después de toda la noche nadar, gracias a el chaleco salvavidas qe me colocaba Camilo llegue a un lugar que no conocía, con personas muy diferentes y animales por todo el lugar. Comencé mi recorrido para llegar a mi casa y poder devolverle el papelito que tanta felicidad le producía a mi dueño. Fueron incansables mis ganas de llegar, pero me encontraba muy lejos, poco a poco me daba cuenta que tardaría meses para poder lograrlo.
Recorrí lugares muy interesantes y poco conocidos para mí como plazas, mercados, desiertos, bosques en invierno; tuve que huir de varios ataques de otros perros y algunos niños que me robaron mi chaleco para jugar, además tenía que dormir en callejones, debajo de puentes y bajo la lluvia.

En un instante que sentía que ya estaba cerca, pare en un pequeño parque donde a mi lado me encontré un personaje, al parecer de la calle, mal vestido y desaliñado pero me di cuenta que era buena persona en el momento que me brindo s sonrisa y un pedazo de comida.

Era poco el camino que me faltaba para llegar a mi hogar por lo que emprendí otra vez mi viaje; y corrí la última cuadra como si fueran los últimos minutos de vida con cuatro patas, la inmensa alegría que me inundaba mientras me acercaba a la ventana era indescriptible, sin embargo al ver a Camilo muy cómodo en su sillón y felizmente acompañado por otro fiel amigo, mi corazón se estremeció y entendí que en ese momento Camilo ya no me necesitaba.

Recordé en ese instante aquel buena persona de la calle, que me brindo comida y elegí darle el mejor regalo que creo, él podía recibir; me devolví a buscarlo, le entregue el papelito con los números ganadores de la lotería y en su cara se pintó una linda mirada y una inigualable sonrisa. Lo que me hizo entender quién sería mi siguiente dueño.

2 comentarios:

  1. Jessica te falto describir a fondo los aspectos de la realidad es decir como eran los lugares, los rasgos de las personas etc…
    De resto todo concuerda con el video y el uso de conectores.

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  2. Hola Jessica te falto describir a fondo los aspectos de la realidad es decir como eran los lugares, cuales los rasgos eran los de las personas,el barco etc…
    De resto todo concuerda con el video y el uso de conectores.
    Maribel Pachón M
    2110272

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