jueves, 15 de septiembre de 2011

“Fue una mala decisión”

Diana carolina Roldán

Eran las 5:00 pm cuando el solo se ocultaba bajo el océano, me sentía feliz junto a mi mejor amigo que sonreía frente al computador, que difícil era para mí comprender su rostro empapado de alegría, sus ojos me decían que algo bueno estaba pasando, sus saltos y gritos confirmaban que había ganado quizás el premio más grande de su vida la lotería. Cuando llego la noche una tormenta abrazo nuestro barco que se balanceaba de un lado a otro, cuando de repente una ola gigante sacudió el barco y lanzo el billete de lotería al mar, yo con mis 4 patitas intente atraparlo, pero fue imposible y sin pensarlo de un brinco, llegue al gran océano donde logre con mi boca obtener el billete que daría felicidad a mi amo, él desesperado no sé si gritaba por mi o por su billete, pero yo si sabía que quería devolverle su alegría, entonces, emprendí un viaje de vuelta a casa. Pasaba la noche y con un gran salvavidas que cuidaba mi cuerpo nade y logre llegar hasta una isla donde encontré a una mujer que por su aspecto me decía que había llegado a la india. Después de unas horas, iba por un camino muy seco, cuando se acercaba un gran carro de carga donde muy amablemente me recogieron y aunque rodeado de mucha gente pude descansar un poco, cuando ya había oscurecido pase por una fogata en donde me encontré con un señor que se dedicaba a arreglar su gran camino y dejo que pasara la noche junto a él, pasada la noche llegue a una gran ciudad y aun con mi billete en la boca observaba a la gente pasar, entre a una calle donde unos niños se divirtieron conmigo y robaron el salvavidas que aún me acompañaba, después llegue a un gran desierto donde una señora con muy mala cara por cierto me lanzo un balde de agua, yo solo me asuste un poco pero seguí mi camino. Esa misma tarde una lluvia imparable detuvo mi viaje y logre esconder mi cuerpo cansado en un pequeño agujero de la calle. Cuando por fin logro parar la lluvia seguí mi camino donde unos perros furiosos me persiguieron hasta hacerme caer a un profundo hueco de donde intente salir una y otra vez pero fue imposible el cansancio ya me había vencido entonces dormí cubriendo el billete con mi cuerpo, a la mañana siguiente seguí el camino y al final de él pude observar un hermoso paisaje y me di cuenta que iba a necesitar de un abrigo porque me acercaba a las montañas llenas de nieve donde logre pasar sin ningún percance después de ahí llegue a unos cultivos y me encontré con varios hombres que por su aspecto me indicaban que había llegado a china, corría y corría hasta que un gran tren me ayudo a seguir mi destino después del largo camino llegue de nuevo al mar donde esta vez me encontré con un barco que se dirigía al mismo sitio de donde yo provenía entonces sin pensarlo subí a él. Ya próximo a llegar a mi destino en un parque cercano a mi casa me encontré con un viejo con aspecto de vejez su rostro sucio y con gran barba blanca muy amablemente me ofreció un pedazo de pan que por supuesto no me negué a recibir, al seguir caminando me encontré con el jardín de mi casa me acerque por la ventana desde donde pude observar que ese hombre por el que había pasado tantas necesidades y por quien hubiese dado mi vida, sonreía y apreciaba a otro ser, con gran tristeza y sin mas remedio pensé que alguien merecía el premio que llevaba en mi boca entonces regrese a ese parque donde aún se encontraba ese anciano que sin conocerme había alimentado mi hambre y finalmente le entregue el papel y con una gran sonrisa seguimos juntos nuestro destino.
Todos pertenecemos a un mundo cambiante pero conservar nuestros valores es demasiado importante para conseguir nuestra verdadera felicidad.

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