domingo, 25 de septiembre de 2011

¡Un encuentro muy triste!

Sharon parra

En una tarde muy soleada, cuando viajaba con mi dueño, en un barco en el mar, de agua color azul oscuro, con unas olas muy suaves y su sonido me relajaba mucho.
nos encontrábamos mi dueño y yo, dentro del barco sentados, él frente al computador revisando los números de la lotería, él susurraba, 06,12,13,16...... cuando de repente coge su boleta y pega un grito de felicidad "si, si" gritaba él, me agarro y celebramos juntos, al anochecer nos hizo una tormenta, de vientos muy fuertes y olas grandísimas que parecía que nos quisieran comer.
mi dueño se encontraba con su abrigo impermeable afuera, intentando controlar el barco para que no nos fuéramos a voltear. yo me encontraba en la parte de adentro con mi flotador puesto, vigilando que todo estuviera bien, más que todo pendiente de la lotería, cuando de repente hizo un viento fuertísimo, el barco se movió de un lado al otro y la lotería que estaba debajo del computador se logro escapar y el viento se la llevo, yo muy valiente me salí por una ventanita, por la misma por la que se voló la lotería, para ir detrás de ella, mi dueño preocupado porque yo me lance al mar el alumbrando con su linterna me decía que no lo hiciera, pero yo seguí detrás de ella porque esa era la felicidad de él.
yo nade y nade hasta que llegue a la orilla del mar con la lotería en la boca, y muy mojado, ya había amanecido y estaba lloviendo, al levantar mi mirada, veo a una señora de vestido largo y de una apariencia que no se me hacía muy familiar, al lado de ella se encontraba una vaca blanca, muy flaca, y cabizbaja, tenía una mirada triste ya que se encontraba amarrada.
todo era muy diferente, entonces, allí fue cuando me di cuenta que me encontraba lejos de casa.
pero, mi propósito era llegar a casa a entregarle la lotería a mi dueño, así que seguí mi camino.
en mi recorrido me encontré con unas personas muy amables que me llevaron en su chiva, todos eran de piel oscura, unos con trapos en la cabeza y otros no.
luego llego la noche, pero aun así yo seguí mi camino sin parar, me encontré con un señor que estaba arreglando su carro al lado de una fogata, y yo seguí con mi lotería en la boca.
al día siguiente entre a un pueblo, habían muchas personas y todos me miraban, al pasar por un barrio se encontraban unos niños jugando, al verme decidieron jugar con migo al avión ya que mi flotador lo permitía, después de un rato me lo quitaron, ellos siguieron jugando, y yo seguí mi camino con la lotería en mi boca aún.
al pasar por otro barrio había una señora que s encontraba sentada en un muro y ella, no sé porque, pero me lanzo un baldado de agua, yo arranque a correr para que no me fuera a lanzar otro.
al llegar la tarde comenzó a llover y me metí a un hueco que había por ahí, cuando escampo yo seguí, y en el camino unos perros no muy amigables, me persiguieron furiosos porque sabían que yo no era de haya y como pude me escape.
al anochecer, ya cansado busque un refugio para intentar descansar un poco, me eche en una tabla, puse la lotería debajo de mi pata para que no se me fuera a volar. ¡y, a dormir!.
al amanecer cogí la lotería seguí, cruce el desierto, por cierto muy caliente, luego llegue a la cima de una montaña donde pude observar un paisaje muy hermoso, pero no sabía muy bien para donde coger, igual seguí, pase por un bosque lleno de nieve, hacia un frio aterrador pero ni eso logro impedir que yo siguiera mi camino, luego ya llegue a tierra, todo ya verde muy lindo, y me encontré con unas personas que estaban trabajando y tenían un aspecto de chinos, seguí, me detuve y vi pasar el tren, anocheció y yo seguí, ansioso de ver a mi dueño.
al amanecer me encontré con un barco grandote que se llamaba PRINCESS AROHA y me monte allí porque sabía que este me llevaría a casa, unos señores al verme se enojaron y uno de ellos me persiguió, pero yo no me deje agarrar, al llegar a la orilla me baje y salí de una para mi casa, al pasar por el parque, estaba un señor de pelo gris, barba larga, tenía un saco color negro y un pantalón café, el se encontraba sentado en una banca del parque, y el muy amable me ofreció un pedazo de pan, yo, muy contento puse la lotería en el piso y se lo recibí, al terminármelo cogí de nuevo la lotería y seguí mi camino, estaba muy contento porque había comido algo e iba a volver a ver a mi dueño después de tanto tiempo.
al llegar a la puerta de la casa mi colita se movía de felicidad, vi a mi dueño sentado viendo tele muy contento y mi corazón saltaba de alegría.
pero, alto, algo no andaba bien, su mano la tenia hacia un lado por fuera de la silla, baje mi mirada y me encuentro con que en mi camita había un gato y mi dueño lo estaba acariciando, en ese momento comprendí que me habían reemplazado.
un sentimiento de tristeza invadió mi alma, así que decidí que él no merecía todo el esfuerzo que hice por él para entregarle la lotería, entonces me acorde del señor del parque y decidí ir a buscarlo, le puse la lotería en el piso y el sonriente la recogió, la miro y al darse cuenta que era la ganadora se puso muy feliz y fuimos a reclamarla.
el me acepto como su amigo y vivimos muy felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario