jueves, 15 de septiembre de 2011

Sorpresas te da la vida

Tatiana A. Carvajal Moreno

Héctor es una persona de 50 años de edad, su pasatiempo es navegar por los mares y conocer varias ciudades del mundo, apasionado por los animales, la ciencia y la tecnología. Un día en uno de sus largos viajes llegando a un puerto llamado Bahía Conchada, decidió detenerse a almorzar en un restaurante llamado Hooters, de repente mientras comía un lindo perrito se sentó al lado de el a acompañarlo, dicho animalito lo miraba con sus lindos ojos castaños como diciéndole bríndame un poco de tu comida, con su mirada encantadora. Héctor decidió llevárselo para que siguiera con el navegando en su largo viaje, mientras navegaba pensaba en el nombre que le iba a poner a su perrito, en esas se le vinieron a la cabeza miles de recuerdos, sobre un perrito que alguna vez su abuelo le regalo de cumpleaños el cual se llamaba Max desde hay ese fue el nombre para su nuevo perrito adoptado.


Al segundo día de navegar, Héctor revisaba su tiquete de la lotería el cual había jugado días antes de emprender su viaje, a medida que revisaba sus números todos coincidían con el de su boleto, pues cuando se dio cuenta que era el ganador de 50.000.000 millones de dólares saltaba de la felicidad, al cabo de la noche en medio de fuertes olas y grandes vientos que parecieran que fueran a arrasar con su yate, a causa de esa gran marea se abren las ventanas del yate y salen volando miles de papeles entre esos su boleto de la lotería, Marx al ver que le vuelan los papales salta a rescatar el tiquete.

Tiempo después de que William había estado en medio del mar durante la noche, llego a la india donde unos niños le quitaron su chaleco salvavidas para ponérselo a un niño y jugar con él, viajo por todo el mundo paso por China, el desierto del Sahara, África en fin miles de países buscando para así poder llegar a la cuidad donde Héctor vivía y entregarle su tiquete. Después de varios días y meses William decide montarse a un barco inmenso que llevaba mercancía llamado Princess Arca, ese barco lo llevo a la cuidad cuando caminaba por un parque se encontró un viejo llamado Gregory que le dio de comer un pedazo de pan.


Cuando caía la tarde, después del largo viaje que emprendió Marx para poder llegar a la casa de su amo, de repente se asoma por la puerta cuando ve a Héctor sentado viendo televisión acompañado de un gato, aquel perrito triste del ver que su amo lo había cambiado decidió irse a buscar al viejo Gregory finalmente lo encontró y de agradecimiento por haberle brindado de su pan, decidió entregarle el tiquete de la loto. William y Gregory vivieron felices para siempre.

Finalmente Marx comprendió que nada en la vida es para siempre, que todo está catalogado para pasar por cambios, pero a medida del tiempo se dio cuenta que estaba mejor al lado de Gregory ya que él era su fiel amigo.

FIN

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