viernes, 30 de septiembre de 2011

UN FIEL AMIGO

Andrés Felipe Castro


Todo empezó una mañana, ahí estaba yo como siempre muy contento de que un nuevo día desfilara ante mis ojos, un domingo que seguramente pasaría con mi amo, (el mejor humano del mundo) él me consiente todos los días, me compra comida exclusiva, y siempre que me enfermo no duda en llevarme al mejor veterinario de la ciudad; pero bueno en fin, la mañana estaba hermosa como para ir de pesca y eso fue precisamente lo que mi amo y yo fuimos a hacer.
Viajamos y viajamos hasta que por fin llegamos al tan anhelado mar, al poco tiempo de llegar, mi amo saco su bote, nos montamos y dimos rumbo hacia donde se hallaban los peces, mientras mi amo pescaba, el cielo se ponía cada vez más oscuro y gris las nubes se amontonaban y se sentía una suave brisa, nos entretuvimos pescando hasta no darnos cuenta en qué momento el cielo se oscureció por completo y desato una tormenta que no podíamos soportar; entonces, entramos a la parte interna del bote donde mi amo un poco desanimado pero con esperanzas revisaba en su computador el numero ganador de la lotería ya que ganar la lotería era uno de sus grandes sueños y yo su fiel amigo compartía el mismo sueño; al cabo de 10 segundos mi amo se quedo paralizado como una estatua y de repente grito con una alegría inigualable, saltaba y gritaba como un niño al destapar su regalo de navidad era algo obvio mi amo se había ganado la lotería y yo con el también celebraba su gran suerte, luego él en su entusiasmo subió a la parte externa del bote olvidando que la tormenta no había terminado y al estar expuesto a tan fuerte viento este le arrebato de su mano el billete de la lotería y al agua fue a dar pero yo no me quede de patas cruzadas salte al mar y con mi hocico lo agarre después de todo soy su fiel amigo y este tipo de cosas hacen los verdaderos amigos, cuando voltee a mirar donde se encontraba el bote me vi solo nada alrededor solo agua y el bote a lo lejos se apartaba recuerdo escuchar a mi amo gritar mi nombre con gran impotencia, cuando ya no vi señal del bote me sentí tan solo que no sabía qué hacer pero luego entendí que darme por vencido no era una opción entonces nade y nade sin parar aun con el billete de la lotería en mi hocico después de todo ese era el propósito para ir a donde mi amo, entregarle el billete de la lotería y hacerlo feliz como su fiel amigo que soy, cuando toque tierra firme no tenía ni idea de donde me encontraba pero si tenía bien claro a donde quería llegar entonces camine y camine a lo largo de valles y ríos ciudades, muchos pueblos y fronteras hasta que por fin reconocí en donde me encontraba había llegado a la ciudad donde mi amo y yo vivíamos, mis patas ya exhaustas y mi estomago hambriento no podían seguir una cuadra mas pero hay apareció un indigente que me dio de su poca y escasa comida y yo alegre la recibí y gracias le di luego de calmar mi hambre continúe hasta llegar a mi hogar muy emocionado subí rápidamente a la ventana de la puerta y mire atraves, ahí estaba el sonriendo y viendo la tele y yo estaba a punto de ladrar cuando vi entre sus manos a otro, a un gato mi amo me había traicionado y cambiado por un gato me sentí tan mal que ni un ladrido hice solo me fui triste y desahuciado, volví donde aquel hombre que muy pobre y generoso me brindo de su alimento, le regale el billete de la lotería ya que él me brindo cuando menos tenia y ahora era mi turno, ahí fue cuando entendí que alguien que te brinde la mano cuando más la necesitas puede ser más noble que el que te tiene solo para satisfacer su soledad.

2 comentarios:

  1. Observación al Cuento de Daniel Felipe Castro R:

    Esta segunda versión mejoró notablemente comparada con la anterior, no solo corrigió la redacción; sino que también aplicó más signos de puntuación (hay algunos detallitos que debe tener en cuenta para sus próximos escritos como no utilizar los mismos conectores "que", "entonces", "y", variarlos un poco más y no pasar por alto la separación de párrafos).

    De resto cumple con un orden de tiempo, usos verbales.

    Desde un principio me gusto porque me conecte con la trama; aunque es poco descriptivo sabe involucrar al lector en su cuento, haciendo que estos "lo vivencien" o por lo menos ese es mi caso.

    Me parece interesante el clímax reflexivo que expone, donde no es el "cliché" de tristeza absoluta para el perro, sino que deja como moraleja: "Ahí fue cuando entendí que alguien que te brinde la mano cuando más la necesitas puede ser más noble que el que te tiene solo para satisfacer su soledad". La nobleza como enseñanza y no la triste realidad cruel de un corazón roto (el del perro).

    Por: María Cristina Castañeda

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  2. Profe crei que solo era dar una observación respecto a la corrección del texto, no sabia que había que notificarle una nota al compañero.

    4.8 le colocaría a mi compañero por su esfuerzo y dedicación en el trabajo propuesto.

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