domingo, 25 de septiembre de 2011

ESE PAPEL, EL IMPORTANTE

Lorena Dumancelly Salazar

Una mañana del 3 de julio estaba con Alfonso frente al laptop revisando un papel, que la verdad no entendía que significaba, pero por lo que sucedió ese día supe que era muy importante para él y presentí que ese día nuestras vidas iban a cambiar.
En la noche nos sorprendió una tormenta, pues íbamos en el barco camino a casa, cayeron rayos, era una tempestad horrible, el mar estaba enardecido; Alfonso lo primero que hizo fue ponerme la camisa que no permitía que yo me ahogara. Intentamos poner en orden al barco pero fue imposible; cuando de repente el papel salió volando y mi amo me dijo que lo recogiera que lo trajera rápido o lo cuidara con mi vida. Con tanta oscuridad me fue imposible regresar al barco, la lluvia y el vaivén de las olas me llevaron lo más lejos del barco arrastrándome a una orilla, todo se torno oscuro y cuando desperté se encontraba frente a mi, una vida desconocida. así que decidí emprender el viaje en busca de mi hogar, primero camine un rato por la orilla del mar, llovía; avance por un largo camino que parecía un túnel sin fin, escuche ruidos como de un monstruo gigante que cada vez se acercaba mas, yo temeroso de ello pero preparado para luchar, me voltie y vi que tan solo era un bus, las personas me recogieron y me montaron sobre el bus, dije dentro de mi ¡Oh gracias¡, aunque no se cuanto, si se que me están ahorrando camino, así que seguí caminado, fueron muchos días y noches corriendo y abrigándome bajo la noche fría y húmeda que sostenía al mundo, camine por muchas ciudades y mi mente solo me repetía esa frase: “April cuida de este papel que será nuestra gloria” ansiaba llegar ya, verle su cara entregárselo, cuando de repente sentí que ¡Mierda!, me han echado agua, así que mis pensamientos fueron mojados y dañados como cuando introduces el azúcar en un vaso con agua, que todo se desvanece y no queda ni rastros de lo que era.
Sentí que tal vez debería quedarme durmiendo esa noche en una casa abandonada de madera que encontré, pero no fui capaz, no quería fallarle Alfonsito, así que saque fuerzas de donde no tenía y de nuevo al ruedo, fueron pruebas muy duras las que tuve que pasar: niños molestando, lluvia, frio, personas con ganas de comerme y yo sentía demasiada hambre, tanta que donde yo misma hubiera estado caliente me había devorado insofacto.
Entre tanto caminar y caminar, vi a lo lejos un barco Salí corriendo, vi su color y me era familiar, corrí desesperado, pero cuando llegue me di cuenta que ese no era el barco de mi amo, fue una simple alucinación, y de nuevo estaba donde había comenzando, en la nada. Mi terquedad y yo seguimos oriundos caminando, algo dentro de mi me decía que debía seguir adelante, que no me rindiera pues faltaba poco. Pasando por un parque había un hombre sentado en una banca, no vestía bien ni tampoco olía nada agradable, pero quién era yo para ponerme a juzgarlo si creo que lucía igual o peor a él, pero sorpresa el hombre extendió su mano y me regalo un trozo de pan, entonces mi instinto dijo que así por fuera se viera mal, por dentro era un gran hombre, era una buena persona. Recibí el pan y sentí una magia caer sobre mí, sentí claridad y pude ver la luz en medio de ese túnel por el que caminaba, recordé donde quedaba la casa, así que Salí feliz para donde Alfonso. Llegue a mi casa ¡Al fin! Camine feliz por las escaleras de la puerta principal, me dispuse a entrar cuando de repente veo la cara de él, estaba feliz veía televisión nada le perturbaba y debajo de su mano se hallaba un maldito gato, y pensé: que golpe tan bajo, el simplemente ya me ha reemplazado por otro, mientras yo me he jodido mi vida tratando de vivir para el. me sentí agobiado sin saber qué hacer, solo la decepción se apoderaba de mi, sentí un corrientaso desde la punta de mi garra hasta mis orejas y recordé aquel hombre gentil que sin conocerme, me había dado un trozo de satisfacción; Salí corriendo para no dejar pasar más tiempo, y afortunadamente llegue justo antes de que se fuera del parque, le entregue ese importante papel, el hombre me miro lo recogió, y sonrió, sorprendido, en sus ojos vi que le agrado lo que había en ese papel, y con su mano me invito a seguir andando por la vida, pero ahora con una nueva compañía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario